Lia era como una de esas muñecas de porcelana. No. Era... bueno, no sabría decir cómo era, pero era una de las personas más increíbles que he conocido.
Tenía un pelo precioso; largo, interminable, negro como el azabache. También era suave y delicado.
Como ella.
Tenía los ojos grandes pero con rasgos orientales. Tal vez fuese eso lo que le daba un aspecto aniñado. Tal vez fueran sus pecas adornando su rostro. Las mismas que parecían pinceladas de dolor en sus pequeños hombros. Lia era así. Guardaba mucho dolor en su pequeño cuerpo.
Demasiado delgada para mi gusto, casi esquelética, pero me gustaba la fragilidad que envolvía sus movimientos.
A veces me parecía notar cómo se rompía bajo mi atenta mirada.
Tengo su risa grabada en mi mente. La oigo cada vez que escucho una de nuestras canciones.
Ella le ponía banda sonora a todo. Esa era su maldita afición. Cantarme al oído cuánto me odiaba.
Lia era así.
Una puta canción para cada ocasión. Taladrando mi tímpano con su dulce voz.
Las manías son difíciles de controlar, pero las hay peores, no? Me gustaba más tu diseño original.
ResponderEliminaryo en eso soy como Lía, tengo una canción para todo. Me paso el día cantando.
ResponderEliminarPero Lía parece realmente bastante especial :)
un mimo de Jueves.:*
Lia tiene pinta de callada y calla demasiado. Un beso.
ResponderEliminarUna chica así es imposible de olvidar.
ResponderEliminarMe gusta (:, quiero leer más sobre Lia!
Muáá
Del amor al odio hay un solo paso... o puede que una sola canción.
ResponderEliminarHola Lia, encantada de conocerte. Me gustas (:
P.D. No sé por qué, el blog no me deja comentarte desde mi cuenta
Estoy segura de que por mucho tiempo que pase no te podrás sacar a Lía de la cabeza ( ni sus canciones ).
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