- ¿Quién sigue a quién?- la sorprendió mirando los buzones.
Ella se sobresaltó. A él le encantó.
- ¿Vendrías?- había comenzado un juego peligroso. Ya no podía echarse atrás.
- Tal vez...si me lo pidieras por favor..- Sally y su carita de niña buena. Nunca le había
fallado.
- Ven a mi casa. Ahora.- no era una petición, ni había un por favor, pero se lo pedía sin
parpadear, mirando fijamente sus ojos verdes. Rozando su mano.
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