Cierro los ojos y por más que lo intento no puedo dormir.
Aún sigues en mi mente y sé que la única razón por la que aún te pienso es que las cosas no van demasiado bien. A decir verdad, nada es como debería ser.
Supongo que al final me estoy dando cuenta de que no soy tan fuerte como creía.
El pasado sigue ahí, negándose a irse.
Cada vez empieza a doler más y los remordimientos por los errores no son buena compañía.
Espero el día en el que pueda dormir y descansar en paz, ese día en el que por fin haya aceptado y superado todo lo ocurrido.
No llegará, al memos no hoy ni mañana. Algunos días soy más optimista que otros.
Contigo todo era más fácil. Contigo cometí mis errores más graves y tal vez lo esté volviendo a cometer.
Marcaste mi vida y de alguna forma la sigo marcando en tu honor aunque ya no estés aquí.
Mirar hacia el pasado es doloroso y el futuro es aterrador.
Lo único que hago es seguir improvisando sobre la marcha, buscar un plan C cuando el B falla.
Me faltas tú, que me animabas con una sonrisa, tú que me hacías sonreír cuando estaba enfadada.
Solo pido ese poquito de esperanza y ese buen humor que te llevaste contigo.
Unas palabras amables que le den sentido a todo y un abrazo bajo las sábanas cuando me esconda entre ellas.

2 comentarios:

  1. Quizá debas brindar en tu honor esta noche.
    Estoy segura de que merece la pena.
    Muaa

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  2. Hola.

    Sé que te gustan los retos, mira qué te propongo:

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