El comienzo de todo

16 de septiembre. Ha vuelto a hacerlo.
Salió de clase y se fue derecha a la cafetería.
Una cafetería sencilla, agradable, con un encanto raro en esta época. Con grandes ventanas que muestran el ajetreado ritmo de una ciudad viva. Una espía en las sombras, acechando, a sabiendas de que ellos no la pueden ver.
Como siempre a esas horas pidió un capuchino. Once de la mañana de un frío día de septiembre.
Se sentó en la misma mesa en la que se sentaba desde hacía años, una mesa al fondo de la parte izquierda. El lugar perfecto para observar las conversaciones de la cafetería mientras miraba las idas y venidas de los viandantes.
Tomó el primer sorbo de su café, sacó su libreta y se puso a escribir.
Ajena a todo, (cafetería, calle, música), se sumergía completamente en su mundo, se entregaba a sus pensamientos y escribía su propia historia.
Aquel día no escribió nada nuevo. Describió a la perfección una de sus muchas noches de fiesta, sola en la gran ciudad.
Escribió que se alejó de sus amigas para pedir algo de beber, que un chico se le acercó en la barra y le invitó a una copa. Una copa que ella aceptó.
Escribió cómo cruzaron la ciudad entre risas mientras se dirigían a su casa.
Pero no escribió cómo sus manos se deslizaban por su espalda, cómo le quitó la ropa, casi con violencia, no escribió que a la mañana siguiente, ese desconocido ya no estaba en su cama, y lo único que conservaba de él era su sabor en los labios y su olor en la piel.
Seguía inmersa en sus pensamientos cuando un chico, al que había visto más de una vez, se sentó frente a ella.
Tenía una sonrisa perfecta, encantadora y los ojos verdes más bonitos que ella había visto.
Enseguida lo supo.
Lo volvería a hacer.
Se acostaría con él, lo pasarían bien y se fundirían el uno en el otro, dejando sólo el recuerdo.
El recuerdo de su piel rozándola, sus manos acariciándola y el sabor de sus besos, pero que a la mañana siguiente, ya habría desaparecido.





Continuará....

1 comentario:

  1. Estoy segura que volverán a verse y continuar sonde se quedaron... y así repetidas veces hasta llegar al ocaso...

    Sensual relato Nelly te sigo cielo.

    Besosss

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