Y es que hoy no lo puedo soportar.
Verlo en cada esquina.
Leerlo en cada párrafo.
Intuirlo en el ambiente más turbio.
Y es que no logro escaparme de esa sombra que me persigue, que me rodea, y en días como hoy hasta me ahoga.
El dolor en mi pecho que apenas me deja respirar, se transforma en una densa niebla en mi mente que no me deja pensar.
Lo veo, lo escucho y no me gusta lo que me dice, o al menos lo diría si pudiera entenderlo.
Como un pozo en el que me hundo, el fondo me reclama, mi cuerpo y mi alma, son atraídos hacia esa oscuridad que me atrapa entre sus fuertes garras de acero que atraviesan cada poro de mi piel.
Y no me valen palabras de ánimo diciendo que mañana será otro día, como alguien sano le dice al enfermo que todo se pasa, que no es para tanto.
Vaya tontería. Si lo es. Al menos hoy, no veo ni un solo rayo de luz.

2 comentarios:

  1. El dolor es traicionero, viene y te atraviesa cuando menos te lo esperas...
    Increíble, de verdad :)

    ResponderEliminar
  2. A ver querida Nelly aunque siempre sean tópicos, no se equivocan en absoluto, el dolor pasa, el vacio se vuelve a llenar de emociones, el desamor desaparace, y así es la rutina de la vida.. Solo el tiempo calma lo que sientes ahora en estos momentos.. Tiempo al tiempo ( y aunque sea un tópico nuevamente) es bien cierto...

    Cielo la que más y la que menos hemos pasado experiencias similares o parecidas y aquí estamos... dando cara a la vida y la espalda al dolor!!

    Besos mi dulce Nelly

    ResponderEliminar