Es de la clase de personas de las que te alejas. 
La clase de persona a la que pides ayuda cuando tu camello ya no te fía, la clase de persona que te da trabajo cuando tu chulo te despide, la persona a la que acudes cuando necesitas un favor.
No. Él no es de la mafia. Intentó entrar en una mafia pero solo puede haber un padrino y él no habla italiano.
Infunde miedo. Respeto. 
Serán sus ojos negros, la frialdad de su expresión o la rudeza de sus palabras. 
Es la inteligencia que esconde tras su silencio.
En las sombras, es el que manipula todo, mueve los hilos de su telaraña, esperando encontrar una nueva presa. 
Siempre al acecho.
Porque él apuñaló su corazón con los cristales rotos de su alma y abandonó sus sentimientos en el fondo de una botella.

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