Yo no soy Alicia

Haciendo honor a mi mala suerte, me caí. Me caí durante mucho tiempo, o eso es lo que me pareció.
Tuvo que ser una caída muy larga porque en aquel túnel color ocre vi un reloj, ¿la hora de mi muerte?, un armario lleno de Versaches y un montón de libros que parecían empeñados en atacarme.
Después aterricé sobre un colchón con tan mala suerte de que me clavé el único muelle suelto. Del bote que dí me caí al suelo y me manché mi vestido azul.
Caminé por una especie de selva y eché de menos el machete que guardo bajo mi almohada.
La mala suerte imperaba porque ahora me había perdido.    
Vi una seta gigante y me acerqué para preguntarle a David el Gnomo si sabía el camino de vuelta.
David el Gnomo no estaba, en su lugar había una oruga fumada.
- Estás perdida, tía. - me dijo.
- Lo se. ¿Sabes el camino de vuelta? - le pregunté.
- Y si lo sabes....(se tomaba su tiempo para pronunciar cada palabra) ¿Por qué preguntas?
- Sé que estoy perdida, pero no sé cuál es el camino de vuelta.- le dije.
- No conozco ninguna vuelta.
- El camino a casa, fumada de las narices, quiero saber si conoces el camino para volver a mi casa.-  le expliqué.
- Pero tía, ¿es que estás colocada? Dices cosas super raras.
- Da igual. Me voy.
Como me puso de tan mal humor, seguí caminado por esa selva dando zancadas hasta que me encontré con Hello Kitty, que la muy loca decía que llegaba tarde a no sé qué fiesta con no sé qué reina de corazones.
Sería una timba de poker porque la gata no dejaba de mirar un rolex impresionante.
Después de pelearme con un helecho que no me dejaba pasar, vi un destello de luz a lo lejos, así que fui a averiguar lo que era.
Era la sonrisa más blanca y perfecta que había visto en mi vida. Y detrás de la sonrisa había un tío de metro noventa con unas mallas que decía que era un gato. Debía de ser el día del orgullo porque ese gato con plataformas iba mejor depilado que yo.
Como estaba tan cansada me senté en un colchón que había allí tirado. Cuando comprendí que era el mismo en el que había aterrizado me dispuse a echarme una siesta, que no estaba yo para esquivar libros, pero no pude dormir porque en ese mismo momento empecé a oír un extraño ruido y me desperté.
Si es que ya lo decía yo, tengo muy mala suerte. Después de una aventura así, ¿a quién le apetece despertarse?

8 comentarios:

  1. Molaa(: Me ha gustado un montón!
    Bueno si puedes pasate, ok?
    Besitoos!

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  2. jajajajaja, imaginación al poder
    (y viva Alicia, y el País de las maravillas)
    y tu forma tan graciosa de relatar algo así.

    Me ha encantado, de verdad :)

    un beso, gigante gigante...

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  3. Sencillamente genial. Me ha encantado la historia.
    :)
    mmmmmmmuacs!

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  4. Pásate por mi blog, que seguro que te llevas una sorpresa.

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  5. Me pasas una calada de lo que lleves?
    ;-)

    Besos en el conejo...del reloj.

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  6. Jajaja. Más divertida que la original, por supuesto. Besos.

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  7. Vaya estilazo tan desenfadado se gasta la chica =)
    Me encanta esta aventura, me encanta!! :)

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