"Cuando desperté ese chico me estaba abrazando. Noté el frío cuando me alejé de su cuerpo.
Imagen de: Ms. Cyanide
Le habían dado una paliza. Tenía un ojo  morado y sangre seca en el labio y la nariz.
No recordaba en qué momento me desmayé. Aún estaba débil. Mis pensamientos se amontonaban y mis músculos no parecían responderme. Concentré todas mis fuerzas en hablar y mantenerme despejada.

Era una sala oscura. Entraba una luz tenue a través de una pequeña ventana. Demasiado alta como para llegar a ella y la puerta, aunque envejecida y carcomida, oía a los hombres de Marc detrás de ella. No hubiera sido inteligente intentar escapar.  La humedad se metía en los huesos y había un plato con lo que parecían restos de comida. Seguramente habían intentado ser amables al darle de comer y por su aspecto, deduje que no les había dicho lo que querían saber.

- Escúchame, esos quieren algo que tienes. Dáselo y nos soltarán.

Intenté parecer asustada, estaba segura de que, a pesar de no conocerme, intentaría protegerme.

- Me hablaron de dinero. Nunca se me ocurrió abrir la mochila que me dio Ben. Si se lo doy ya no nos necesitarán y nos matarán.
- Es a ti a quien necesitan,  no a mí. Llévales hasta el dinero y nos dejarán.
En ese momento apareció uno de los matones de Marc. Tras darme una patada en las costillas se llevó al chico.

Cuando volvieron me levantaron y me arrastraron hasta un coche. Durante el viaje me fui recuperando y ellos firmaron su sentencia de muerte.

Estábamos en el coche frente a la casa del chico. Uno de ellos me sujetaba y apoyaba su navaja en mi cuello, seguro de que seguía indefensa.
- Si intentas algo ya sabes lo que le pasará a tu novia. No intentes nada raro o el siguiente serás tú. ¿Entendido?
- Si, vámonos.
Imagen de: Ms. Cyanide

Me quedé a solas con el idiota ese. Tal vez pensó que  sería inofensiva al ser mujer. Error.
Le degollé con su propia navaja. Ahora solo tenía  que esperar a que salieran. Primero el chico con el  dinero,  seguido por otro gorila. Atraje su atención y  me persiguió hasta un callejón. Tuve que romperle el  cuello. Seguro que le dolió menos que la patada en  mis costillas. Al chico le dejé vivo. Asustado y  traumatizado, pero seguía respirando.
Me llevé el dinero. Había sido toda una aventura. Nada como el peligro para ponerte a mil."



No podía dejar de leer. Cada vez me tenía más intrigado. Decidí subir de nuevo al ático para buscar algo más.
No sabía qué buscaba exactamente. Tal vez más diarios, la prueba de que todo aquello fuera el manuscrito de un libro por publicar. En el fondo esperaba encontrar algo de ella.


Mientras buscaba, un destello salió del ático que estaba en frente.
Vi a Ellie inquieta. Daba vueltas por toda la habitación, como si buscara algo.
¿Lo mismo que yo? No, no podía ser. Buscaría otra cosa.
No sé por qué supuse que sería buena idea ir a su casa.
Llamé varias veces antes de que me abriera. Tal vez no esperaba tener visita.
- Deberías irte, ahora mismo estoy ocupada y no puedo atenderte.
No me dejó entrar.
- Es solo un segundo Ellie.- dije vacilante, a la espera de su respuesta.
- Qué quieres.
- No sabía lo de tus padres. Lo siento mucho.
- Vale. ¿Algo más?

Dudé. Me cerró la puerta antes de decirme adiós.

Eso fue mucho más extraño que la última vez. Había cambiado mucho.
Cuando estaba de vuelta ante la puerta de mi casa oí cómo salía y corría hacia el coche, que desapareció en segundos.
Estaba pasando algo y estaba dispuesto a averiguar qué era.

6 comentarios:

  1. Bueno, bueno, parece que la intriga nos mantiene en vilo. Seguiré atenta. ;)

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  2. Aisshh, siempre me dejas con la miel en la boca jo.
    Es genial:)
    Muáá

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  3. Incertidumbre, eso siento cuando te leo xD. Que ganas de más. Besitos.

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  4. Esta historia me tiene enganchada,siempre que llegas a la última linea dices: ¿qué pasará después?

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  5. Qué incertidumbre... espero que la continúes!
    Abrazos

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  6. ¡No puedes dejarnos así! Yo quiero saber cómo continuará toda este historia.


    Una bolsita llena de sugus de cereza.

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