Capítulos 3 y 4

Su investigación habría sido la envidia de cualquier detective.
Había hecho tratos con indeseables, recorrido los peores barrios para encontrar la
información que necesitaba. Y la había conseguido.


No reconocería que esperaba verle, encontrarse con él cada vez que doblaba una esquina,
verle apoyado en alguna pared mientras la esperaba.
Por qué mentir, aquel extraño que la seguía hacía que se sintiera menos sola y cada vez le
importaba menos el motivo por el que lo hacía o incluso si era peligroso.

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