Un día te abren los ojos y entonces todo cambia.
Ves cosas que aun estando delante, eras incapaz de ver.
Como despertar de un sueño y chocar de golpe y de frente con la realidad.
Es entonces cuando empiezas a comprender.
Gestos y miradas en los que no reparabas.
Ocasiones que dejabas pasar.
Sentirte como una completa estúpida al no haber caído antes en la cuenta.
Maldecirte por haber estado tan cegada.
Ser consciente de que esa hostilidad, esa indiferencia, ocultaban algo más.
Esa incomodidad que nos rodea, ese afán por seguir ocultándolo.
Maldito el día en el que todo acaba.
:( Ánimo.
ResponderEliminarY maldito el día en el que nuestro mundo se viene abajo...
ResponderEliminarEs una entrada realmente preciosa, de las que más me han podido describir.
Y si es por una situación personal, ánimo. Siempre hay calma después de la tempestad.
Muchos besos y abrazos.
Me has confundido. Y a la vez me entristeció. Tienes razón. Maldito ese día. Un besito.
ResponderEliminarTodo acaba cuando uno quiere.. o así es como yo lo veo..Asique ánimo con eso :)
ResponderEliminarUn beso! Te sigo