La oscuridad te rodea por completo. Es tan densa que apenas puedes distinguir lo que hay ante tus ojos.
Los sentidos despiertan ante la espectativa. Sientes cada roce, cada olor. Calor que se funde con las paredes.
Una mano recorre tu cuerpo a tientas, despacio para descubrir el camino.
Sientes la presencia de alguien, algo más alto, a escasos centímetros de ti.
Su olor embriaga el ambiente y su aliento juega con tu cuello. Unos labios en la mandíbula. Suaves, cálidos y pequeños. Apenas distingues si son los suyos. Manos entrelazadas por las emociones desatadas.
Manos que ascienden por un pecho, descansando en la nuca y en el hombro. Unos brazos te rodean por competo.
Algo te atrae hacia su cintura y no sabes si es la electricidad o su cuerpo acercándose.
Todo acaba como empezó. En silencio, en la oscuridad.
No se habla de lo que pasó aquel día, pero nuestros cuerpos aún anhelan encontrarse de nuevo.

3 comentarios:

  1. He de decir que me imaginado protagonista. Me ha encantado. ;) Besos.

    ResponderEliminar
  2. Estoy convenciéndome que a la gran mayoría de mujeres les gusta los encuentros y/o el sexo casuales. ¡Y yo que las trataba pensando todo lo contrario!!!

    ResponderEliminar
  3. Hay veces que, si se habla, se estropea. Como ese momento, justo así.


    (sonrisa de elefante y sugus de piña)

    ResponderEliminar